
Reiki es una herramienta de sanación energética, de origen japonés, que tiene como intención restablecer la armonía original entre cuerpo mente y alma, para así aportar a la salud y el bienestar de quien se da Reiki o recibe Reiki de otra persona.
Lo más usual es que un terapeuta calificado impone de forma suave y prudente las manos sobre el paciente que, con ropa, esta echada en una camilla. El paciente se relaja profundamente para que el cuerpo tenga más energía para regenerarse aparte de que se genera un ambiente de contención armoniosa en el cual las sensaciones de estrés, tristeza, enojo, miedo, preocupaciones se disipan y pueden aflorar las sensaciones de fe, confianza, alegría, paz.
Pero Reiki es más que solo una terapia. Reiki es una práctica energética, así como la meditación o el yoga. Cuanto más se practica con uno mismo y con otros, más sensible uno se vuelve a la energía en su interior y la energía del otro, desde un lugar centrado y amoroso del Ser.
Reiki también es un camino de vida. Por su filosofía, que sobre todo consta de 5 principios sencillos que se sugiere seguir en la vida para, desde la mente consciente, también aportar a una vida más feliz y saludable.
La palabra Reiki es japoné y en su origen escrito en Kanji (kaligrafia china). El Kanji es una especie de escritura energética; los que inventaron esa escritura lo hicieron desde una profunda conexión con las cosas y conceptos. Por ello, mientras Reiki normalmente se traduce como Rei = Alma o Universo y Ki = energía, lo cual nos indica que se trata de una conexión con la energía del Universo y con una conexión con la energía de tu alma, la explicación que damos en los talleres es mucho más a fondo, desde el entendimiento del kanji.
Pero con gusto aquí se les adelanto un poco:
Rei: Existe una energía del cielo que nos bendice/ nos energiza constantemente y llega a nuestros centros de energía para que nosotros luego la podamos comunicar/ transferir/ usar. Esa energía nos centra entre cielo y tierra y entre el yin y el yang para poder así ser más intuitivo, poder escuchar el mensaje del cielo en nuestro interior (p.e. nuestra mision).
Ki: nuestra energía es definida por el nutriente terrestre (alimento) y el nutriente celeste (energía y aire que inhalamos) y el ser humano puede a consciencia recordar que tiene cuerpo físico y cuerpo energético y puede acceder a sentir con las dos.